NUESTRA HISTORIA
Cinco décadas de tradición
El 2022 fue un año especial para La Huerta Cajicá. Ese año, el sueño que don Pedro Rincón convirtió, con tesón y disciplina, en una gran realidad, cumplió 60 años. Sí, seis décadas trayendo al país los mejores productos de la rica gastronomía española. Seis décadas entre vinos, jamones y embutidos con la impronta de la cultura ibérica, seis décadas de ser el rincón de España en Bogotá.
La historia del nacimiento de La Huerta Cajicá va más allá de esos días de abril de 1962. Comenzó a mediados de la década de los años 50, cuando don Pedro, natural de Sotodosos (Guadalajara, España) y de profesión técnico agricultor, desembarcó en Bogotá junto a un grupo de más de un centenar de profesionales en distintas áreas como parte del programa de capacitación impulsado por el General Rojas Pinilla, presidente de Colombia en ese momento.
Tras algunos años en Colombia, y con la caída de dicho gobierno, don Pedro se radicó en el país, dedicándose a comercializar frutas y hortalizas tras adquirir una pequeña huerta en la en ese entonces lejana Cajicá. Con visión y no poco esfuerzo, logró instalarse en Bogotá abriendo su propio negocio, la Huerta Cajicá, convirtiéndose en pocos años en uno de los referentes en la venta de los mejores vinos, embutidos y productos exclusivos.
Primero, llegó a la finca ‘La Cancioneta’, en lo que hoy es el Centro Comercial La Floresta propiedad de la colonia alemana en la capital y a la que llegó como administrador. Pronto, abriría su propio local en las cercanías del entonces Country Club de Bogotá, en la calle 82 con 11, apoyado ahora por la colonia estadounidense radicada en el país, asiduos clientes de ‘La Cancioneta’.
Poco a poco, la calidad de sus productos, su conocimiento de los mismos (el cual transmitía de manera cordial y amena con cada compra) y su desmedido afán por satisfacer a su clientela, lo hizo crecer al punto que su nombre comenzó a aparecer en las listas de productos recomendados por las embajadas de España y Estados Unidos en la capital colombiana.
Poco a poco, esta situación le permitió a don Pedro ir mutando su modelo de negocio, pasando de un supermercado especializado en hortalizas y productos del campo a una tienda en la que los importados y lo exclusivo de esa lejana España que añorada mandaban las preferencias de sus clientes. Así, La Huerta Cajicá se hizo famoso por traer vinos de líneas exclusivas, embutidos tradicionales y únicos de la Madre Patria y todo lo que esa colonia ibérica añoraba de su terruño.
Con el paso del tiempo
60 años después, la herencia de don Pedro se mantiene, de la mano de David, uno de los cuatro hijos que tuvo en Colombia cuando echó raíces definitivamente para deleitarnos con su sapiencia, conocimiento y atención, cualidades que han hecho de la Huerta Cajicá un lugar único, para disfrutar de toda la herencia española en Bogotá.
La distribución de productos españoles especializados no sólo llego a los hogares bogotanos, sino que también a los restaurantes y clubes más exclusivos de la capital. Huerta Cajicá es un negocio familiar que hoy en día se encuentra a cargo de su segunda generación.